El origen y legado de Griñón, un continuo de sucesorios.

 

Griñón es una localidad situada al suroeste de la Comunidad de Madrid, en la comarca de la Sagra, a unos 28 km de la capital madrileña. Su historia se remonta al siglo III a.C. Cuando la zona estaba dentro de la región de Carpetania, en la Hispania Citerior. No obstante, La Fundación de esta región como municipio se remonta a la época árabe, estando bajo su dominio hasta el siglo XI. Un documento de 1208 fija sus límites con los Concejos de Madrid, Toledo y Segovia, sin embargo, en otro de 1283 se le nombra como parte del sexmo de Villaverde.

Avanzando un poco más en la historia, en el primer tercio del siglo XIV, la región de griñón pertenecía al alfoz de la villa de Madrid, pasando posteriormente en 1372 a manos del señor toledano Juan Ramírez de Guzmán. Le sería concedido el título de Villa a principios del siglo XV por el rey Enrique III.

Entrando ahora en la época moderna, siendo este el aspecto que nos interesa, en el 1447, el monarca Juan II dona Griñón y Cubas de la Sagra a Don Luis de la Cerda, Conde de Medinaceli. Cinco años después, este mismo traspasaría las dos villas a don Alfonso Álvarez de Toledo. En el siglo XVI la villa se encontraba encuadrada eclesiásticamente en el arzobispado de Toledo y arciprestazgo de Madrid y era villa de señorío, perteneciendo en el aspecto jurídico a la chancillería de Valladolid, donde tenían que acudir los vecinos a resolver sus asuntos judiciales. En 1503 muere don Pedro Núñez de Toledo dejando un problema sucesorio materializado en un largo pleito entre su hija legítima Beatriz de Zúñiga, que reclamaba el señorío, y su hijo don Luis Núñez de Toledo, heredero del mismo pleito que heredaron sus hijos, el cual se vio también en conflicto contra los hijos ilegítimos de su padre. A partir de 1523, Luis Núñez cede el señorío a su sobrino don Bernardino de Mendoza, y éste posteriormente a su hijo don Alonso de Mendoza y Toledo. 

Don Pedro Núñez de Toledo y don Bernardino de Mendoza son los dos individuos que más relevancia tuvieron en esta continua herencia del municipio de Griñón. Empezando en 1500, donde Pedro Núñez dirime un nuevo litigio, resuelto a su favor, con los marqueses de Moya, que impedían a los vecinos de Cubas y Griñón cultivar unas tierras próximas a las suyas. Los enfrentamientos entre el señor, sus representantes municipales y los vecinos de las dos villas fueron frecuentes a causa de los numerosos abusos de los que eran víctimas. Uno de los incidentes más graves tuvo lugar en 1534, cuando don Bernardino de Mendoza destituyó a Pedro de Tordesillas y a Francisco Ruiz, alcalde y Escribano, por no defender sus intereses adecuadamente. Este acto hizo que los destituidos recorrieran todas las viviendas de la villa incitando a los vecinos abandonar el pueblo y a volver a construir casas situadas al otro lado de la Iglesia para de ese modo dejar de ser vasallos de don Bernardino. Para realizar este acto pidieron permiso al Consejo de Castilla, el cual fue denegado, pero, a pesar de ello, no dejaron atrás su empeño de evadirse de la tiranía de su señor, por lo que levantaron las tapias del nuevo poblado sin licencia. Don Bernardino denunció el hecho al Consejo de Castilla, argumentando que los terrenos en que se había comenzado a construir la nueva puebla eran también de su propiedad, por encontrarse dentro del término de Griñón, por lo que, según él, tenía el mismo derecho sobre ellos que sobre el poblado que existía.

Don Bernardino envió un procurador para que les solicitara a estos vecinos segregacionistas la licencia para levantar el poblado, lo que ocasionó un enfrentamiento armado en el que salió herido de gravedad el alcalde anterior Pedro de Tordesillas.

En 1536 la Real chancillería de Valladolid falló en contra de los vecinos, por lo que todas las construcciones que se habían levantado fueron demolidas, además de condenar a los vecinos al pago de 10000 maravedíes de multa.

Como se puede ver a plena vista, la historia de Griñón ha sido un ir y venir, pasando de unos propietarios a otros durante años hasta llegar a manos de don Enrique Dávila y Guzmán, Marqués de Povar, en 1619; Este mismo consiguió de Felipe III un privilegio por el cual sus villas de Cuba y Griñón quedan libres de la jurisdicción de los alcaldes de casa y corte de la villa de Madrid, reconociendo que ambas villas se encontraban fuera de las 5 leguas de Madrid. Posteriormente, el municipio pertenecería a Don Joaquín María Pimentel, marqués de Malpica en 1753, siendo éstos los últimos señores de la villa puesto que en 1811 Griñón dejaría de ser un señorío.

Dado que esto es un blog de la época moderna, es preciso centrarse en un acontecimiento particular de esta era que afectó en gran medida a la región de Griñón, este se da en el siglo XVIII, y es nada más y nada menos que la guerra de Sucesión (1701-1713). Esta guerra hizo estragos en el municipio, sobre todo debido a la escasez económica que vivía tanto el pueblo como el ayuntamiento, uniéndose a esta desgracia el acontecimiento por el que, en 1710, a través de un decreto de Felipe V, se requisara todo el grano de la villa además de los carruajes para su transporte a Madrid con el objetivo de mantener a las tropas.

Así pues, vemos Griñón es una región que ha estado en constante cambio y movimiento, por lo que era imposible empezar hablando de él desde el siglo XV. Este municipio tiene su importancia sobre todo por el constante cambio de propietario, pero, además, es de importancia mencionar la rica arquitectura que posee y que veremos en las siguientes entradas.

Para llegar al municipio de Griñón os recomendamos 2 rutas. Coger el bus 460 en Plaza Elíptica (a la cual se llega desde la línea 6 de metro) o coger el mismo bus en la parada del hospital de Getafe, a la cual podéis llegar desde la línea 2 de tren, que se encuentra detrás de la biblioteca de Humanidades.




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