Los inicios del independiente Nuevo Baztán
Es a partir del siglo XVIII cuando comienza la historia urbana de Nuevo Baztán. Fue un lugar industrial cercano a un palacio de recreo que pertenecía al navarro don Juan de Goyeneche. La figura de este es muy importante en la zona, ya que supuso el principal impulso económico de la zona respondiendo al espíritu emprendedor de la época. Nació en 1656, en el valle del Baztán en el seno de una familia pudiente. Como era costumbre, al no ser el primogénito, sus padres lo enviaron a Madrid en busca de fortuna e influencia. Con sus estudios, altas figuras como el propio Carlos II lo alababan y reconocían en él buenas aptitudes. Debido a sus grandes capacidades en el ámbito económico, se ganó rápidamente el favor real y fue nombrado tesorero de la segunda mujer de Carlos II y con el cambio de dinastía mantuvo el título con las dos mujeres de Felipe V, María Luisa de Saboya e Isabel de Farnesio. Este título pasó incluso a sus descendientes. La riqueza, además de crecer gracias a apostar por el rey Borbón, tuvo también su florecimiento en el ámbito privado en negocios como el editorial, donde apostó por la Gaceta de Madrid lo que deja ver la importancia que toma la prensa como símbolo de poder.
No se conoce el porqué de la elección de este lugar como sitio propio. Parece ser que aprovechando la zona cercana al camino principal de Alcalá y habiendo creado su palacio de recreo donde disfrutaba de estancias, más tarde se propuso crear una ciudad industrial, ya que en la zona sólo había una iglesia como se ha comentado en la entrada anterior. Más tarde también se creó la iglesia dedicada a San Francisco Javier. El encargado de llevar los planes de construcción del tesorero será José Benito de Churriguera, ayudante del maestro mayor de obras reales José del Olmo. Churriguera creó el palacio cerca del camino de Alcalá, mientras tanto, Goyeneche, que ya era señor de varias zonas repartidas por el territorio de la península, terminó por comprar el 8 de octubre de 1714 la zona de la Olmeda a Francisco de Loyola, III marqués de Olmeda y ya disponía para sí mismo de toda la zona cercana a Nuevo Baztán. El propio Churriguera ordena, para acotar la zona y llevar a cabo la obra, que se considere a Nuevo Baztán como zona independiente, algo que tuvo que pagar con una suma cercana a 17.000 maravedíes e impedía que nadie entrará a realizar ninguna actividad en la zona.
Además del palacio y la iglesia, colocó en este mismo lugar la plaza principal, el punto de referencia para los habitantes y los viajeros que llegaban al lugar. Esta plaza es la antesala de todos los edificios representativos de esta ciudad industrial. La plaza estaba dedicada a las fiestas que se realizaban y los edificios que la rodeaban eran las viviendas de los artesanos y los criados además de cuadras y fábricas. Siendo esta la principal, más tarde se añadirían otras cuatro plazas más. El lugar tiene callejuelas irregulares que dan a zonas abiertas que buscan el impacto del que las recorre haciendo uso del recurso barroco de emplear formas irregulares para impactar al visitante. Sin embargo, no hay que olvidar la principal función del sitio, que era la industria por lo que se creó una fábrica de sombreros que tuvo un gran éxito y que llegó a albergar a 40 trabajadores, en 1716 se fundó la fábrica de aguardientes, y dos años más tarde comenzó la producción mediante otras fábricas de colonias y sedas. El 22 de diciembre de 1725, el sobrino de Goyeneche realizó una importante donación a Nuevo Baztán con el fin de crear la casa de la Hospitalidad que pretendía curar a los enfermos pobres. También existió una fábrica de vidrios que tuvo que cerrar puesto que no podía competir con las exportaciones externas.
Es en 1786 cuando el Censo de Floridablanca nombra a Nuevo Baztán de manera separada con la villa de la Olmeda. De manera oficial se reconoce lo que a principios de siglo era una realidad. Y a pesar de sufrir con algunas industrias supo mantenerse a flote mediante la agricultura y la adquisición de árboles frutales que, junto con los de madera, mantuvieron a flote la economía local.
Con todo lo comentado, se puede hacer una extrapolación del funcionamiento del mundo moderno a Nuevo Baztán. Aquí resalta la idea de ese comienzo industrial y esa modernización del comercio que se va alejando cada vez más del sistema agrícola para dejar paso a las manufacturas que dan pie a nuevas clases sociales, lo que tendrá su auge con la futura revolución industrial y aunque tuvieron que volver a sus inicios agrícolas, no deja de ser un ensayo, una muestra de cómo el mundo estaba en continuo proceso de cambio alejándose del estancamiento medieval.
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